MANUEL C. CACHAFEIRO
11 DE ABRIL DE 2021, 3:32
La obra desconocida que tiene Coomonte en el Bierzo
El conjunto interior de la iglesia de Jesús Redentor de Ponferrada es obra del escultor zamorano, recién elegido Premio de las Artes de Castilla y León
La iglesia de Jesús Redentor está en un paisaje de huertas, en Flores del Sil. Se levantó cuando Ponferrada miraba a este popular barrio para crecer ante una MSP que copaba buena parte de los terrenos de la ciudad, desde la estación de ferrocarril hasta Cuatrovientos, y la capital berciana era la ciudad viva y pujante de los años del Dólar. Construida en ladrillo cara vista a principios de los años 60 del siglo pasado, al templo se accede hoy por una explanada con olivos a los lados después de llegar por un pequeño camino desde la avenida de la Martina, la calle Fabero.
Es una iglesia humilde, de barrio, con puertas de hierro pintadas en blanco que pocos saben que alberga la obra más importante en el Bierzo del último Premio Castilla y León de las Artes, José Luis Alonso Coomonte, que también trabajó en el hotel Temple.
Recuerda su actual párroco, José Antonio Prada, que a Ponferrada llegó después de ganar un importante premio internacional, que le dio fama. Su impronta de artista y herrero se ve nada más traspasar esa puerta blanca, en lo que antes era el baptisterio, con una imponente reja hecha a fuerza de fragua y martillo.
El escultor José Luis Alonso Coomonte obtuvo el pasado mes de marzo el Premio Castilla y León de las Artes, en su edición correspondiente a 2020, «en reconocimiento a su larga y fructífera trayectoria como escultor y a su vitalidad creativa plenamente enraizada en la naturaleza y la historia», destacó el jurado, que también quiso poner en valor «su maestría en el uso de los materiales, sobre todo el hierro aplicado a la rejería, en una incesante búsqueda para darle forma y belleza».
Esa fuerza artística que ahora ha reconocido un premio en el que figuran bercianos como Cristóbal Halffter, José Sánchez-Carralero o Amancio Prada, se ve no sólo en la reja de entrada, donde antes estaba la pila bautismal, llevada al altar mayor después del Concilio Vaticano II, recuerda Prada, sino en todo el conjunto que firma el artista de Benavente en el templo, que es mucho.
Esa pila bautismal, que tiene abrazada una gran perola de Pereruela; el sagrario, las cruces de las 14 estaciones, otros dos Cristos que se conservan en la sacristía, el Cirio Pascual, el incensiario, el propio altar… aunque lo que más impone es el Jesús Redentor que pende en lo más alto, esta vez esculpido en madera.
«Coomonte esculpe con fe y limpieza, sin regusto por lo grotesco y huyendo a la vez de la impresión dulzona», se escribió en una revista de la época que se conserva en la iglesia. Y es que, como también se dice, su Jesús Redentor consigue imbuir a los que lo contemplan «del espíritu trágico y a la vez esperanzador que se ha de encontrar en la Cruz». El Cristo, comenta Prada, es del mismo corte que el que hizo Coomonte para un Vía Crucis en un pueblo cerca de Benavente.
La iglesia de Jesús Redentor es parroquia desde el año 1964. Fue diseñada por el arquitecto José Martínez Mirones y ha sido testigo del devenir del propio barrio. Prada, que lleva como párroco de Jesús Redentor —incluye también la capilla de La Placa— desde 1997, recuerda una anécdota de su antecesor, Julio Bueno. Cuando le nombraron para el cargo, en una misa había 30 personas adultas y 60 niños de catequesis. «Lo que era Ponferrada entonces, la vitalidad que tenía», comenta Prada. «Ahora yo sólo tengo 5 niños», se lamenta.
«Ponferrada al final no se extendió hacia esta zona, sino para la Huertas del Sacramento, La Rosaleda… Por eso esta zona ha quedado así», concluye.